Me meto bajo la ducha. El agua recorre mi cuerpo arrastrando con ella los besos que dejaste anoche en mi piel.
Miro mi pecho, ahora no es tu saliva la que lo humedece. Recuerdo tus labios endureciendo mis pezones.
La esponja y el jabón borran tu olor, nuestro olor, a sexo, a saliva, a sudor.
Joder, no quiero cambiar de perfume.